En posproducción, los editores recurren a técnicas creativas para convertir material en bruto en narraciones convincentes. Uno de esos métodos se denomina Frankenbiting, y consiste en unir fragmentos de audio de diálogo para crear una nueva historia sin fisuras. El material B-roll suele ocultar los cortes, por lo que el público puede no detectar las ediciones.
El Frankenbiting es popular en los programas de telerrealidad, los documentales y los segmentos de noticias. Puede comprimir el tiempo, realzar el drama o aclarar escenas caóticas. Sin embargo, cuando se usa en exceso, plantea cuestiones éticas y legales en torno a la manipulación de las declaraciones de una persona.
Como editor, he notado una creciente dependencia del Frankenbiting. Personalmente, he trabajado en más de una serie documental que se ha basado completamente en esta técnica, e incluso el episodio entero es casi un montaje de fragmentos de audio reorganizados que suenan continuos. De hecho, se juntan fragmentos de palabras para crear declaraciones que los entrevistados nunca dijeron. Estas ediciones se hacen bajo la dirección de los productores de la historia.
Los productores prefieren el Frankenbiting porque reduce los costos. Las entrevistas más cortas, la producción más rápida y menos días de filmación ahorran dinero. De todos modos, este enfoque coloca a los editores en posiciones que pueden parecer engañosas.
Los múltiples usos del Frankenbiting
El Frankenbiting tiene múltiples propósitos en la posproducción. Cuando se usa con cuidado, puede mejorar significativamente el flujo de la escena. Los usos comunes incluyen:
- Aclarar conversaciones: eliminar pausas o combinar declaraciones ayuda a crear un diálogo conciso.
- Crear drama o tensión: los programas de telerrealidad usan el Frankenbiting para intensificar el conflicto, dando forma a eventos que podrían no haberse desarrollado de esa manera.
- Dar forma a los arcos de los personajes: al unir las imágenes, los editores pueden dar a los participantes un rol definido, incluso si las imágenes no cuentan esa historia de manera natural.
Si bien es efectivo, el Frankenbiting difumina la línea entre la edición y la manipulación.
La ética del uso excesivo de Frankenbiting
Ofrecer una narrativa pulida a partir de imágenes caóticas es un desafío. Pero el uso excesivo de Frankenbiting cambia el verdadero significado de las declaraciones de un participante. Aún si esas declaraciones creadas son técnicamente verdaderas, podrían crear falsas impresiones que dañen la reputación.
Los productores pueden argumentar que el Frankenbiting es solo parte del negocio, un “mal necesario” para crear historias con plazos ajustados. Pero este trabajo también requiere mucha mano de obra y agrega presión a los cronogramas de posproducción.
Ahorrar dinero, pero ¿a qué costo?
Para los equipos de producción de documentales, el Frankenbiting reduce los gastos al permitir:
- Entrevistas más breves que dependen de correcciones de posproducción
- Menos días de preparación y filmación, ya que no es necesario capturar cada detalle a la perfección
- Cronogramas acelerados que ahorran costos de personal y equipo
Esta estrategia puede funcionar para los presupuestos, pero aumenta la carga de trabajo de los editores sin una consideración adicional. Las implicaciones éticas también son significativas. Si bien los presupuestos de producción son limitaciones reales, distorsionar la intención de un sujeto puede cruzar límites éticos.
El trabajo adicional del Frankenbiting para los editores
El Frankenbiting no es solo una solución rápida en posproducción. Puede sumar muchas horas a la carga de trabajo de un editor. Crear una narrativa fluida por lo general implica revisar transcripciones extensas para encontrar fragmentos de audio que funcionen naturalmente juntos. Cada oración o frase debe combinarse, editarse y reordenarse cuidadosamente para mantener una sensación de continuidad. Este minucioso proceso implica horas de prueba y error, volver a escuchar y refinar cada empalme para que los espectadores no detecten ningún cambio poco natural en las palabras o el tono del sujeto. Rara vez se dedica tiempo adicional para compensar este mayor esfuerzo en posproducción.
Un productor de campo experto puede ayudarte a aliviar esta carga al guiar a los entrevistados para que digan las cosas de una manera que se alinee con la historia. Los productores experimentados saben cuándo volver a hacer preguntas varias veces o de diferentes maneras. Esto anima a los entrevistados a dar respuestas que los editores pueden usar directamente. El proceso puede llevar horas en el campo, pero reduce significativamente la necesidad de una gran manipulación en la posproducción. Además, preserva la autenticidad de la voz del sujeto.
Frankenbiting vs. clonación de voz por IA
La clonación de voz por IA es una tecnología que replica la voz de una persona, generando un nuevo audio que suena como ella, incluso para palabras que no ha dicho. Pero a diferencia del Frankenbiting, la clonación de voz por IA se enfrenta al escrutinio por las preocupaciones sobre el consentimiento, el posible mal uso y el riesgo de tergiversar la intención o las palabras de una persona.
Ambos reformulan las palabras de una persona, pero la IA genera oraciones completas mientras que el Frankenbiting empalma el audio real. Ambas técnicas pueden alterar el mensaje original, difuminando la línea entre autenticidad y manipulación.
Herramientas como ElevenLabs ofrecen clonación de voz realista, que podría permitirles a los editores aclarar declaraciones y mejorar el flujo de la historia sin los cortes laboriosos del Frankenbiting.
Artlist también agregó recientemente la generación de voz de IA (no la clonación) a su lista de funciones; puedes leer más sobre esto aquí.
Legalmente, ambas prácticas se encuentran en zonas grises. Los contratos pueden otorgarles a los productores derechos de edición, pero en cierto punto, la manipulación se convierte en tergiversación. ¿La clonación de voz de IA es realmente diferente del Frankenbiting cuando se trata de reformular lo que alguien dice?
Para mí, el Frankenbiting es más laborioso y éticamente no se diferencia de la clonación de voz. Si la clonación de voz de IA alguna vez se vuelve aceptable para series documentales o reality shows, agradecería la eficiencia que aporta.
Sin embargo, a medida que estas técnicas se vuelvan más fáciles y comunes, la industria puede necesitar pautas más claras. Sospecho que el Frankenbiting enfrentaría el mismo escrutinio que la clonación de voz de IA si los espectadores se dieran cuenta de cuánto se está utilizando.
¿Qué piensas sobre la práctica del Frankenbiting y la clonación de voz de IA? ¡Comparte tu opinión en los comentarios a continuación!