Una de las lecciones más fundamentales en el cine es el concepto de “filmar para el montaje”. Este enfoque no se trata sólo de capturar imágenes, sino que implica visualizar el montaje final durante cada etapa de la producción. ¿Por qué esta mentalidad es vital en todos los roles cinematográficos? Vamos a echarle un vistazo.
En mi viaje por el mundo del cine, a través de muchas pruebas y errores, he aprendido a mantener consistentemente una regla fundamental: ya sea que aspires a ser escritor, director, director de fotografía o incluso un experto en todos los oficios, necesitas pensar como un editor. Esta filosofía no es sólo una sugerencia sino la base misma sobre la que se crea cada narrativa cohesiva y convincente.
El arte de anticipar la edición
El arte de filmar para el montaje reside en la anticipación. Antes de escribir la siguiente escena o presionar ese gran botón ROJO al costado de la cámara para silenciar el ruido del secador de pelo y gritar “¡ACCIÓN!”, es crucial comprender cómo se ensamblará cada toma en el corte final. Se trata de prever el ritmo, las transiciones y el flujo narrativo, que es también donde las listas de planos y/o los guiones gráficos pueden ser herramientas particularmente útiles. Esta previsión no solo evita la creación de imágenes inconexas que resultan difíciles de tejer en una historia coherente, sino que también hace que la persona que tiene muchas cosas quiera clavarte su micropanel Blackmagic Design DaVinci Resolve en la cara.
Más allá de los tecnicismos de la filmación para el montaje
Realizar la edición no es únicamente una habilidad técnica, se trata de un esfuerzo profundamente creativo. Para aquellos que se ponen nerviosos ante la mera idea de comprometerse, filmar para la edición les enseña una lección muy valiosa, los empuja a tomar decisiones artísticas intencionales, brindándoles la confianza de saber cómo se traducirán estas elecciones en la posproducción y, en el proceso, les permitirá ahorrar tiempo y dinero. A su vez, esto también podría reducir el número de personas que desprecian trabajar contigo, lo que supone un plus para tu reputación profesional y, por extensión, para tu salario. Irónicamente, lo que podría parecer una limitación (y sé lo aterradora que puede parecernos la palabra “limitación” a los creativos) pensar antes de la edición en realidad te libera para ser más creativo y deliberado en tu narración.
Comenzando con la edición
Adoptar esta filosofía comienza con la adquisición de experiencia práctica, y estas son algunas de mis sugerencias sobre cómo hacerlo. Toma un NLE (editor no lineal), como Adobe Premiere Pro o Blackmagic Design DaVinci Resolve, y no te preocupes si aún no tienes tus propias imágenes. Existen numerosas formas de practicar y perfeccionar tus habilidades. Comienza grabando algunas imágenes en tu teléfono inteligente. Sí, tu smartphone. Recuerda, la mejor cámara es siempre la que tienes encima. Alternativamente, considera volver a editar videos existentes, como avances de películas, cortometrajes o incluso un video musical o un comercial, aunque siempre obtengas permiso si planeas cargar tu versión en línea. Además, puedes comprar material de archivo de varios sitios web y desafiarte a ti mismo para tejerlo en una narrativa convincente. Hagas lo que hagas, la clave es comenzar a editar algo, cualquier cosa, y concentrarte en crear una historia coherente, ya que esto te servirá como práctica, sentando las bases para las habilidades que serán esenciales en tu camino hacia la maestría del arte de filmar para la edición.
Filmación para el montaje: de lo arbitrario a lo artístico
Sin este enfoque centrado en la edición, siempre existe el riesgo de terminar con una historia o imágenes que parezcan arbitrarias o algo peor: un desastre sin sentido. Y aunque algunos pueden etiquetar tales esfuerzos como ‘art house’ o ‘vanguardia’ (todos los cuales tienen su propio mérito), el verdadero arte en la realización cinematográfica la mayoría de las veces proviene de elecciones intencionales, no de resultados accidentales, a pesar de lo que algunos sensacionalistas pueden que crean que es así (si realmente lo intentaras, probablemente podrías encontrar algún “conocedor” que aceptará esta idea).
Mientras concluimos esta exploración de la filmación para la edición, recuerda que independientemente de tu papel en el proceso de realización cinematográfica, la mentalidad del editor es una herramienta poderosa. Con esta perspectiva en mente, ¿estás considerando integrar estas ideas en tu trabajo o ya has experimentado los beneficios de pensar como un editor? En caso de que sí, ¿cómo ha influido este enfoque en tu trabajo cinematográfico? Comparte tus opiniones y experiencias en la sección de comentarios a continuación.